Natalia contactó conmigo por Instagram @lorenadomerlophotography solicitándome información sobre una sesión individual en un espacio abierto. Tenía muy claro que quería unas fotos en las que se viese bien, natural, espontánea y casual.. No paraba de decirme que ella nunca se veía bien en las fotos.
Después de hablar varias veces por teléfono, cubrir un pequeño test de personalidad que siempre realizo antes de aceptar un trabajo, ya que esto me permite conocer a mi cliente mucho más y así poder hacer un guiño especial que le sorprenda en la sesión de fotos… nos pusimos manos a la obra.
Las dos estábamos de acuerdo en que la sesión de fotos la haríamos en Santiago de Compostela, ya que es la ciudad donde vive Natalia y ofrece muchos espacios verdes con árboles como ella quería. Al final de la sesión hicimos unas cuantas fotos en la terraza de un hotel muy bonito que se encuentra en el «Casco Vello» de la ciudad con unos jardines maravillosos dignos de fotografiar y tomarnos un café bien merecido.
La sesión de fotos en Santiago de Compostela fue todo un éxito y ambas nos divertimos muchísimo, Natalia es joven, sencilla, divertida, con un sentido del humor extraordinario para su edad y una sonrisa que iluminaba mi objetivo sin necesidad de focos y flashes.
Cuando terminamos la sesión me confesó que estaba un poco nerviosa al principio ya que era la primera vez en su vida que alguien profesional le hacía unas fotos, tenía tantas ganas de ellas que se pasó la noche anterior sin dormir, a mi esto me produjo mucha ternura ya que me parece muy hermoso ver a la gente emocionarse e ilusionarse cuando se propone realizar una sesión de fotos y claro si es conmigo más 🙂
Durante la sesión hablamos de muchísimas cosas, de su vida, de su novio, de sus proyectos de futuro y sobre todo de su padre que lo lleva muy cerca de su corazón con su nombre tatuado. No voy a desvelar aquí el porqué de esto ya que pertenece a su vida íntima y privada.
Natalia hizo que me emocionara con ella en varias ocasiones de la sesión y esto junto con su arrolladora personalidad, su ilusión, su alegría y su sonrisa consiguió que en la entrega del trabajo me saltara varias normas no escritas que tengo dentro de mi trabajo como fotógrafa, que al fin y al cabo para saltárselas están.
Los gritos de alegria, sus caras de sorpresa a la entrega del trabajo final fueron un regalo para mi…
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